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domingo, 14 de agosto de 2022

Tomar decisiones el día equivocado ¿Cómo evitarlo?

¿Te ha pasado alguna vez tomar una decisión  en un día que te sentías mal después arrepentirte? o incluso darte cuenta posteriormente que el momento en que decidiste realizar  una acción no era el adecuado. Esta demostrado a nivel neuropsicológico que en momentos de mucha ira nuestra amigdala toma el control y es la emoción y no la razón la que ha determinado tu comportamiento. Vamos a explicar cómo evitarlo para mejorar nuestro proyecto de vida.

Cuando nos sentimos bien, estamos receptivos, creativos y de buen humor, y nos resulta fácil detectar errores. Pero cuando estamos mal nuestra mente se enfoca de modo pesimista e incluso agresivo. Las preocupaciones nos impiden concentrarnos, de manera que tenemos más posibilidades de equivocarnos, por lo que no es el mejor momento para tomar decisiones importantes, evaluar un acontecimiento o trazar planes de futuro.

El efecto halo es una preferencía de nuestra mente de prestar atención a todo lo que esta en consonancía con nuestro estado mental. Nos centramos en lo negativo, las posibles amenazas, debido a la ansiedad la impulsividad genera que actuemos sin reflexionar.

"A veces miramos, pero no vemos todo lo que podiamos ver ¿te ha pasado alguna vez? El cerebro suprime todo lo que no está en nuestro centro de atención.  Cuando observamos algo los haces de luz se transforman en imputs nerviosos que en menos de 50 milisegundos ya están en el talamo, el guardian de la conciencia, que a su vez lo transmite a la amigdala que reacciona. En tan solo 150 milisegundos des de que abrimos los ojos ya estamos en marcha, respondiendo al estímulo que hemos visto. En ese tiempo hemos dejado de trabajar con la realidad y hemos empezado a trabajar con ilusiones. Lo habitual es que trabajemos, pensemos y tomemos decisiones, nos enamoremos o sentimos  a partir de representaciones e ilusiones". Explica Tomas Navarro en su libro piensa bonito.

En muy poquito tiempo reaccionamos alo que ocurre, y de ser un hecho objetivo se transforma en un hecho subjetivo, es decir que lo percibimos y le damos un significado que depende de nuestro estado físico, nuestra emocionalidad, y de las vivencias que hemos ido acumulando y por tanto se han convertido en nuestro conocimiento sobre la vida. 

Muchas veces no podemos cambiar lo que nos rodea, pero si podemos modificar la manera como lo valoramos.

Para poder ver la vida con las gafas de filtro positivo recurrimos a recordar vivencias positivas, relaciones entrañables , recurrimos a nuestro tarro de mermelada emocional del que hablamos en una entrada anterior, y pasaremos a  un modo más constructivo de pensar.

"Como ya hemos visto no funcionamos con la realidad sino con su representación. Hay muchos huecos y nuestro cerebro los rellena como puede o quiere, por lo que en un mal día, hacemos falsas suposiciones y nos las creemos" añade Tomas Navarro.

Es importante darte cuenta de que cuando estás mal, crees que estás realizando bien tu proceso de pensamiento en cada una de sus fases desde el analisis, pasando por creatividad, memoría, percepción, hasta el momento final en el que decides. 

Por ello, en un día bueno nos hemos de recordar que bajos de moral o enfadados no tomamos buenas decisiones. Y sobretodo tener preparadas estrategías que mejoren nuestra forma de pensar en un día malo.

Que nos ocurre en la mente en un mal día:

Inhibición de pensamiento o lentitud

Aceleración del pensamiento

Fuga de ideas

Perseveración obstinada

Disgragación: no seguimos una dirección, vamos dando tumbos.

Incoherencía.

Un truco que nos propone Tomás Navarro:

Haz una lista de todo aquello que te saca de tus casillas, echa a perder tu bienestar emocional o te pone de los nervios o de mal humor. Analiza como puedes cambiar o eliminar alguno de los elementos de esa lista. Pequeños cambios pueden suponer grandes beneficios para nuestra salud mental.

Como mujer autista de 52 años tengo bastante clara esa lista, a base de que he practicado muchos ejercicios de autoconocimiento y contacto con la realidad.

Me molesta muchísimo el sonido de la tele.Eso ya os lo he contado, pero también:

El ruido de la calle. El efecto de la ley  Murphy me ha llevado a vivir en una calle en apariencia tranquila pero que es un verdadero espectáculo, todas las gamas de ruidos se producen, desde música alta, a peleas, gente conversando alto en la madrugada, el ruidito de la puerta del autobús al abrir y cerrar etc.  Para mi el premio de honor en ruidos molestos es la retransmisión de partidos de fútbol en la radio.

De modo que voy por casa con auriculares que silencian el ruido ambiental. No puedo pensar bien si me siento irritable a causa de los ruidos ambientales.

Cuando estás mal, esto es lo que sueles sentir:

- Inquietud y nerviosismo

- Dificultades para mantener la concentración.

- Menor receptividad.

- Menor tolerancia.

- Irritabilidad y reacciones defensivas.

- Dificultades para disfrutar y sentimientos de malestar

-Aumento de la autocrítica.

- Sentimientos de impotencia, tensión, miedo o temor.

- Fumar, beber alcohol, comer demasiado.

- Cambios en las costumbres personales como la higiene, el sueño o la alimentación.

- Evitación del trabajo y de otras obligaciones.

- Aumento de las conductas compulsivas

Si cumples tres de estos indicadores es momento adecuado de buscar ayuda de un médico o de un psicólogo, y si ya te atiende uno, pedirle visita de urgencias.

Nuestro cuerpo y nuestra mente tratan de avisarnos cuando perdemos el equilibrio, cuando tenemos demasiada tensión o llevamos un ritmo de vida demasiado elevado. A veces pagamos un coste muy alto por tratar de vivir la vida que otros nos han diseñado, por tratar de encajar (a que esto nos suena), por tratar de encajar en un ideal o por conseguir unos objetivos que no son reales. Nuestro cuerpo nos avisa: podemos atenderle ,que es lo adecuado, o ignorarlo, que es lo que hacemos más a menudo.

Cuida de tí, haz caso y escucha las señales que te envía tu cuerpo, antes de llegar al límite y ponerte enfermo. Siempre habrá la posibilidad de adaptar algunos aspectos de tu vida, de reducir algunas actividades que nos aportan estres adicional.

Recursos para arecuperar el equilibrio y poder vivir una vida de mejor calidad:

.- Revisa tus rutinas y elimina las que ya no son útiles.

.- Ajusta tus expectativas. Tu vida cambia, adaptalas a esas modificaciones.

.- Vive por objetivos que por ilusiones. Los objetivos son concretos y se pueden medir.

.- Centrate en el presente y cierra los episodios de tu pasado que te hieren.

.- Dale un sentido a tu vida. El valor que a tí te mueve no el que otros han decidido seguir.

.- Introduce momentos de alegría en tu día a día. Busca la felicidad de manera activa.

Tener una persona externa de confianza, que con honestidad te avise si estás perdiendo el equilibrio es muy adecuado. En mi caso, mi marido es mi mejor apoyo, Manel es una persona muy honesta, en la que puedo confiar, y que me ayuda a darme cuenta de si estoy tomando una decisión en un buen o mal momento. También mi amiga Enriqueta me ayuda en este sentido. 

Cuando entramos en un bucle negativo perdemos la perspectiva. Igual que cuando tienes la mano demasiado cerca de tus ojos no puedes verla con claridad y al alejarla la distingues bien, el tener una persona de apoyo ayuda a ver las cosas de manera mas global.

Si te das cuenta de que el contenido de tus pensamientos es muy negativo, revives experiencias desagradables, entonces estamos en un mal momento. Pongámonos las gafas de filtro positivo o busquemos estrategías de regulación emocional: como el ejercicio, dibujar, escribir o hablar con otra persona.

 
Elisenda Pascual. Autista. Psicóloga, Psicopedagoga email:elisenda.pascual@gmail.com

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