Prevenir la desregulación emocional y la ambivalencia emocional

Para ayudar a la regulación emocional de una persona con condición autista a la que cuidamos, por ejemplo nuestro hijo o nuestro padre anciano, una buena técnica es hacernos cuatro preguntas

1. ¿Cómo estaba la persona con autismo antes de la desregulación emocional?

• Tenía hambre
• Estaba cansada

2. ¿Cuando ocurre?

• Por la tarde
• Al ducharse
• Cuando hay que salir a la calle.

3. ¿Dónde estaba la persona con condición autista que cuidas?

• Puede ser que la explosión emocional ocurra en la calle
• En un centro comercial
• En una reunión familiar muy numerosa.

4. ¿Quién está presente cuando sucede el estallido emocional?

• Ante desconocidos
• Con su médico 
• Cuando viene a casa una persona que genera demasiada estimulación
• Si  acuden otros niños a casa

Fijándonos en estas cuatro preguntas podemos descubrir un patrón que nos ayudará a prevenir la reacción emocional explosiva.

Mi hijo siempre estaba más agitado  al salir del colegio por las tardes, especialmente en el trayecto en metro desde casa hacía la consulta del psicólogo,  cuando estaba ante una persona en la que confiara. 

No siempre podía evitar el estallido emocional, pero como ya anticipaba que podía ocurrir hacía diversas técnicas para tener más paciencia, como por ejemplo: 

• Ir a hacer deporte durante el día  
• Bajar del metro o del autobús  un par de estaciones antes de la estación más cercana a casa, así ponía distancia entre la tensión vivida en el trabajo y la convivencia familiar. Al igual que los submarinistas hacía un período de descompresión,
• Durante diez minutos hacer respiraciones profundas escuchando música relajante.

También os quiero hablar de un sentimiento habitual en las personas que ejercen de cuidadoras: La ambivalencia emocional. Consite en sentir a la vez emociones opuestas hacía la persona cuidada, la quieres muchísimo pero al mismo tiempo te genera irritabilidad que sea una persona muy mandona.

Suele ocurrir que el cuidador o cuidadora se siente culpable por sentir esa emoción negativa. Las emociones tienen siempre una función, la irritabilidad que causa verguenza a quién cuida es un aviso que ha de pedir ayuda y no sobrellevar solo o sola todas las tareas de cuidado.

Somos humanos,  nos equivocamos, pero en lugar de juzgarnos con dureza es preferible tratarnos con bondad, comprender que en ese momento estamos cansados o hambientos. 

Verbalizar los sentimientos negativos alivia pero la solución es buscar momentos de calidad para recuperar la energía.

• Puede que pensemos que no estar con la persona dependiente es como no hacer lo debido, pero no es así.
• Si otra persona también le cuida, se generarán nuevos aprendizajes, estímulos que le enriqueceran en su desarrollo.
• Para poder cuidar con paciencia, con afecto a un niño o joven autista requiere que tu también puedas tener momentos de desconexión. Al cuidarte tu estás mejorándo el cuidado que le vas a ofrecer.

Basado en el libro de Montaner Xavier (2021) Me cuido te cuido. Barcelona: grijalbo

Elisenda Pascual. Autista. Psicóloga. Psicopedagoga. email: elisenda.pascual@gmail.com