La depresión postvacacional es una alteración del estado de ánimo que incluye diversos síntomas por ello se aplica la palabra síndrome, aunque no es grave. Afecta entre el 20 y el 50% de la población trabajadora. Algunos de los síntomas de esta depresión postvacacional pueden ser:
- Cansancio general.
- Desmotivación
- Negatividad.
- Irritabilidad.
- Tristeza.
- Apatía.
Otras de las sensaciones pueden ser:
Pensamiento en bucle unido a la melancolía: la persona se siente mal al evocar una y otra vez los recuerdos de lo que vivió en las vacaciones y que ya no puede seguir experimentando en el presente.
Indecisión ante la gestión del tiempo: la persona se siente frustrada al tener problemas para organizarse.
Sentimientos de culpa: es habitual que la persona se sienta culpable por no haber aprovechado mejor sus vacaciones. Recuerda siempre lo haces lo mejor que puedes con los conocimientos y recursos (también los económicos) que tienes a tu alcance.
Los síntomas que suelen empezar a experimentarse días antes de incorporarse a trabajar de nuevo o después del fin de las vacaciones. Las personas la sienten al darse cuenta que les queda muy poco tiempo de “desconexión” del trabajo y pronto tendrán que volver a la rutina laboral.
Sus principales causas tienen que ver con el cambio de rutinas y de contextos a los que la persona se expone diariamente, una vez ha pasado un tiempo vuelves a adaptarte física y psicológicamente a esa cotidianidad en la que lo laboral, profesional y académico tienen mucha presencia.
El proceso de reajuste suele ser inconsciente y automático, la depresión postvacacional se va por si sola en unos días o un par de semanas. pero a veces es necesario tomar medidas deliberadas para acelerar el proceso o incluso contar con apoyo psicológico profesional si se cronifica.
A estos síntomas de caracter psicológico se les suele añadir una alteración fisiológica: los biorritmos alterados (como consecuencia de la necesidad de adoptar un nuevo horario muy diferente al seguido en las vacaciones) muchas personas se sienten adormiladas cuando deben rendir y tienen problemas para conciliar el sueño al irse a la cama. En combinación con lo anterior, el estado de ánimo de la persona cae considerablemente.
5 consejos para hacer frente a esta depresión postvacacional
Además de la progresiva readaptación a la rutina, puedes seguir una serie de pautas para combatir este problema. O al menos, para prevenir la depresión postvacacional:
- No apurar hasta el último día: a veces cuesta no alargar las vacaciones hasta el final. Sin embargo volver a casa el domingo y el lunes ir a trabajar no es lo mejor. Anticipa el regreso un par de días para ir adaptando tus rutinas y bioritmos. Por ejemplo, despertándote un poco más temprano cada día al ir finalizando tus vacaciones.
- Hábitos alimentarios y ejercicio: procura recuperar poco a poco tus hábitos de siempre. No lo fuerces, pues necesitarás un pequeño tiempo para readaptarte. Unos hábitos de vida saludables contribuyen a la salud mental, minimizando la depresión postvacacional. El ejercicio físico ayuda generar enforfinas, que suben el estado de ánimo, y reducen el cortisol , responsable del estrés y la ansiedad. Septiembre es un mes ideal para incorporar el ejercicio físico como hábito diario.
- Evita el alcohol y la cafeína: el café y el alcohol son bebidas que aparentemente ayudan a activarse o a relajarse respectivamente. Sin embargo, incrementan la ansiedad y la depresión a medio y largo plazo. El alcohol es un elemento que baja el estado de ánimo y que impide coinciliar las fases de sueño reparadoras.
- Descansa bien: si has ido adaptando tus horarios antes de reincorporarte, descansarás mejor. La falta de sueño gnera cansancio pero también irritabilidad, tristeza y apatía. Procura acostarte sobre las 10 0 11 de la noche (es la mejor hora para conciliar el sueño). Si haces una siesta que no sea superior a 20 minutos. El descanso nos ayuda a estar más frescos y afrontar mejor la vuelta al trabajo.
- Priorizar tareas: es fácil que a la vuelta haya muchas tareas pendientes. Puede que te sientas abrumado. Haz primero lo importante y urgente, luego lo urgente y finalmente lo importante. No hace falta responder 60 correos en media hora. Si priorizas reducirás tus niveles de estrés.
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