Reunir tesoros, como por ejemplo un jersey viejo pero cómodo, (películas en DVD aunque ya no tengamos DVD) o peluches sirve para reforzar nuestra idea de nosotros mismos en un mundo impredecible. El pasado nos resulta más seguro que el futuro, porque el futuro es incerteza.
A medida que crecemos, las colecciones que poseemos pueden ser monumentos a nuestro conocimiento. Incluso forman parte de nuestra identidad: Un deltiólogo colecciona postales, un numismático colecciona monedas.
Las colecciones evidencian la necesidad de orden y control. También pueden llegar a ser obsesivas. Permiten protegerse de un mundo que se percibe hostil. O son una defensa de la soledad llenando un espacio vacio que genera angustía.
En la sociedad actual paradójicamente lo único predicible es el cambio constante. A nivel psicológico se ha demostrado que a las personas les genera más malestar la incerteza que recibir una mala notícia.
Basado en el Atlas de las emociones humanas de Tiffany Watt Smith
No hay comentarios:
Publicar un comentario